tejedor de tiempos
Tejedor de tiempos La aldea de siglos se desparrama en rededor de la casona del cacique retirado. Del palacio van y al palacio vienen los caminos dibujados en la vega visible para un solo dueño. El señor cuidó de sus colonos y decretó lares, trabajos y haciendas que el cura bendice, el miedo guarda y la necesidad agradece. La tierra enhebra verdores supurando la cosecha que el tiempo teje en orden. Los barrios erizados de maizales asoman drapeados de abundancia abriéndose camino de Ballongo a los campos de la oscura escanda. Los hombres aprietan el apurado mosaico de matices y promesas que remueven del huerto enseñado de murmullos al monte chillado de los carros, adonde los robles cuentan los castaños. El día galopa a grupa de caballo del mozo seguro que rompe el paisaje de futuro hacia la villa. Su estela traerá frascos que preñan vacas grandes, praderas que nublan los molinos, dineros que acaban con los diezmos, motores que desatan de las eras. La luz sesenta por noventa en colonato ...












