biblioteca de luces
Biblioteca de luces En el aula gigantesca, penumbrosa y fría, los niños oíamos enmudecidos el silbido de la flecha, antes de sentir el chasquido de la manzana atravesada por la saeta del cazador de Uri. El malvado gobernador Gessler pagará caro su felonía. La voz del maestro perfumaba de silencios la vieja escuela y llenaba la tarde de palabras estrenadas, cuando leía las escenas que iluminaban nuestra imaginación; aventuras que no volverían a ser como aquella primera vez y que desde entonces nunca olvidaríamos. La flor de leyendas se abría solo para nosotros en la casona: viajábamos con el forzudo Thor a la patria de los gigantes; encontrábamos el tesoro de los Nibelungos junto al héroe Sigfrido; subíamos con el valiente Duchmanta a la cumbre de oro para encontrar a la hermosa Sakuntala. Luego nos dejaba de la mano, orillados a las páginas apretadas; y en nuestra boca la vida brillaba en las primeras letras. Una tarde con nombre el maestro nos propone fundar una bib...









